La vivencia abismal del vértigo que crea, nos enreda en la trama de los seres delirantes que conforman este mundo "del amor y la muerte" y que marchan perplejos hacia las zonas en las que un ordenamiento suprarracional se entrelaza con un caos doloroso.
Olmedo enciende el chispaso que ilumina a la fatal hembra de faces dulces y lacerantes: a la mujer encantadora y tierna que desdoblándose en si misma sacia su aventura ninfómana a través de una infidelidad comprobada desde la atónita orilla de un amante rebelde al amancebamiento; aborda la anecdota local y sombría que evidencia los polos de oscura atracción entre el que viola la ley y el que pretende a cada instante restituirle su inviolabilidad desciende hasta el recóndito trauma que convierte al amor en un tránsito hacia la aniquilación total.