Las causas de la guerra fueron de orden económico. En la costa boliviana se descubrieron riquezas de salitre, guano y plata que Chile codiciaba.
Las concesiones hechas por Melgarejo a la Sociedad Explotadora del Desierto de Atacama, para explotar el salitre durante quince años, originaron el establecimiento de grandes compañías inglesas o norteamericanas dedicadas a esta actividad. Chile participó en estas empresas y les brindó todo su apoyo, con intención de llevar adelante su política expansionista hacia el norte, extendiendose sus ambiciones hasta Tarapacá y Pisagua. Cuando el gobierno boliviano decidió establecer el impuesto fijo de 10 centavos por quintal de salitre exportado, reemplazando la regalía del 10 % que debía pagar la Casa Melbourne Clarck y Cia., se proporcionó el pretexto para la agresión bélica de Chile, alegando que ese impuesto violaba el Tratado de 1874 suscrito con Bolivia.