Los flujos mundiales del IED crecieron un 11 % si bien en la cifra global subyacen grandes diferencias entre las distintas regiones. Mientras que la IED en la Unión Europea tuvo un notorio repunte (38%) después de una drástica caída en 2012 (-56 %), la destinada a los Estados Unidos mostró un descenso del 5% y la dirigida a las economías en desarrollo y a las economías en transición creció un 6% y un 45% respectivamente.
El crecimiento de la región se redujo al 2,5% en 2013 al mismo tiempo que la política monetaria de los Estados Unidos creó incertidumbre en los mercados, lo que redundó en fuertes depreciaciones de las principales monedas de la región. Por otra parte, los precios de los recursos naturales, si bien mantienen niveles históricamente altos, siguieron disminuyendo debido a la incertidumbre sobre la situación económica de China y el mundo desarrollado.