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En este momento de la vida en que lo digital nos come el coco con sus manifestaciones inmediatas de experiencia y disfrute, cabe plantearnos el papel de las antes protagonistas bibliotecas públicas. Las bibliotecas en la actualidad, por tanto, se hallan abandonadas por sus antiguos usuarios, abandonadas por los recursos del estado y por las correspondientes políticas asertivas, camina al naufragio rotundo de su identidad.La autora sugiere, de lo anterior, un nuevo perfil de biblioteca, que sea solidaria con otros programas sociales municipales, donde la biblioteca pase a ser el almacén de datos y recuerdos de la localidad, municipio o barrio correspondiente, además de almacenar libros de información universal, de dar servicios de préstamo de libros, hacer videos, CDs, DVDs, revistas, además del uso limitado de internet. Con todo esto las bibliotecas pueden llegar a ser un verdadero punto cultural de la comunidad en vez de museos polvorientos.^ies |