520 |
|
Las páginas escritas relatan sobre todo esfuerzo de las obras intelectuales, apostólicas y de caridad. Sin embargo estas no tendrían significación cabal sin rememorar el modelo de vida del cual nacieron. Las crónicas conventuales, que son los quehaceres cotidianos, insisten siempre en la dimensión espiritual, en la celebración de los oficios litúrgicos, la oración individual y comunitaria y entender tiempo en la soledad de la celda, para dedicarlo a la lectura. Condiciones históricas iniciadas en 1981 con la obra del Padre Manuel Mingo (manuscrito de 1796) han salido a reducir todos los componentes de aquella vida.^ies |