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El uso del arte como instrumento protagonistico que busca causar un efecto mediante la espectacularidad es típicamente barroco, y estatuas, pinturas edificios, música y un largo de etcéteras de obras del periodo han sido estudiadas desde esta óptica. Lo que este articulo intenta es extender esta espectacularidad efectista a otro artefacto que es típico de la época pero que no se suele estudiar desde ese punto de vista: el reloj mecánico: Aunque su invención procede en varios siglos al barroco, fue precisamente durante los siglos XVI y XVII cuando el reloj mecánico alcanzo su madurez técnica y consecuentemente, sus uso se extendió por primera vez. En este articulo sostenemos que para el hombre del barroco el reloj era una novedad cuya complejidad una admiración que predisponía a verlo como algo mas que una simple, maquina utilitaria para medir el tiempo. Con todas estas salvedades en mente, creemos sin embargo que se puede afirmar durante los siglos XVI y XVII alguno0s relojes mecánicos conllevan indicadores de haber propiciado una mirada barroca. El abstracto concepto del tiempo así como el novedoso y complejo reloj que lo media mediante una representación del orden celeste se prestaban a ser contemplados bajo un prisma interpretativo que coincidía con al tendencia barroca a percibir huellas del orden divino en el terreno, especialmente en las creaciones artísticas. En le caso de los relojes, esta mirada barroca extrapola la espectacular subyacente en el reloj y su funcionamiento para reinterpretarlo de una manera que refuerce ciertas creencias del periodo. Dichas en otras palabras, el reloj mecánico ofrecía al hombre y a la mujer del barroco un lugar privilegiado de contemplación, un portal que permitía entrever la existencia de un orden superior al terrenal. Las decoraciones y diseños de estos relojes a menudo parecen guiar la mirada en esta dirección.^ies |