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Rosa San Segundo empieza a plantear históricamente el problema de la clasificación del conocimiento científico. La cultura es calidad, pero también cantidad: el esfuerzo humano multiplica los conocimientos, los libros, las referencias y esto es bueno, ya desde la antiguedad surge la necesidad de la clasificación para nuestra propia orientación; por que si no paradójicamente, la masa del conocimiento impediría el conocimiento mismo. Rosa va siguiendo los diversos sistemas que a lo largo de los tiempos, se propusieron para resolver esta cuestión realmente medular. El caso es que en breves y apretadas páginas nos introduce a nivel universal en el apasionante mundo no obstante su tecnicismo, de las clasificaciones documentales, lo que han pasado los hombres, en la Europa Occidental, en los Estados Unidos en la antígua URSS, para resolver el tema de cómo guardar y cómo localizar rápidamente un dterminado libro. El carácter práctico de los norteamericanos introducirá la clasificación decimal que se va extendiendo a pasos agigantados por todo el mundo. Los capítulos dedicados al panorama español constituyen en una afortunada aportación. Empieza con la influencia en nuestro país del Instituto Internacional y con las primeras traducciones y adaptaciones de la clasificación decimal hasta la segunda república y hasta la implantación oficial de la Clasificación Decimal Universal después ^ies |