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La controversia en torno a la lengua que hablamos los argentinos ha sido, desde las tempranas reflexiones de los jóvenes románticos, acaso el tema nacional por antonomasia. En el libro que aqui se reedita, el filólogo rosarino Rudolf Grossmann sin ánimo querellante dió su dictamen en relación a esta disputa que en 1926 estava a punto de cumlir cien años. El patrimonio intenta demostrar que no existe nada suficiente relevante que ponga en peligro la unidad del español usual de la Argentina. Esto que es el corazon de su tesis puede ser leído como alegato al idioma nacional de los argentinos, de Lucien Abeille, libro que, aunque Grossmann cree ya ocioso ocuparse de él intenta refutar ¿no habían sido varias ya las refutaciones que pesaban sobre el idioma nacional? sin duda Grossmann las conoce y las cita: sólo que faltaba la refutación que se oposiera a Abeille en su mismo campo: el empírico y en su misma lengua la lingüística de principios del siglo XX ^ies |