Marc 21

001 17651
003 BAHAALP
005 21102020105320
006 $m 21102020105320
082 808.83
090 B413b
100 Bedregal, Yolanda
$q Yolanda Bedregal
245 Bajo el oscuro sol
246 Premio Nacional de Novela "Erich Guttentag"
250 3a. ed.
$b Incluye portada
260 La Paz - Bolivia : Los Amigos del Libro; 1991.
$a La Paz - Bolivia
$b Los Amigos del Libro
$c 1991
300 245 p. 18 cm.
$a 245 p.
$c 18 cm
490 Colección Ramón Rocha Monroy
500 $3 1
520
La trama de Bajo el oscuro sol es el intento de un siquiatra y catedrático universitario, Antonio Gabriño, de reconstruir la vida de una de sus alumnas, Verónica Loreto, quien muere de forma inesperada en medio de una revolución. Esta reconstrucción se la hace por medio de los papeles que dejó la muchacha en su habitación: cartas, diarios, textos de ficción, artículos de prensa y otros. Al final, Gabriño, obsesionado con este trabajo y sintiéndose fracasado acaba abandonando su pesquisa y la ciudad. La novela se inicia en un día de revolución, una de las tan frecuentes en el siglo XX boliviano. La narradora omnisciente sigue los pasos de Verónica. Es en estas páginas que el lector se entera de que la protagonista tiene un pasado revolucionario de izquierda, que vive sola y que tiene crisis existenciales. Después de un día de lucha en las calles, en la que Verónica ha participado como simple observadora, la joven se sienta en su cuarto, para escribir “lo que calló estos años” (34). Este texto que, al parecer, va a tener el tono de una confesión y de una denuncia no se llega a escribir. Sentada frente al papel blanco, Verónica muere por una bala perdida que penetra por la ventana. Durante su agonía que dura un largo tiempo, ella piensa sobre sí misma y su vida. Es en estas páginas donde vemos por única vez a Verónica hablando sobre sí misma de forma directa. En el resto de la novela, son sus propios textos, las cartas de otros, los recuerdos de Gabriño y de la dueña de la pensión los que la definen. Pero, en el momento de su muerte, Verónica introduce una pregunta esencial a toda la novela, la duda de cuál es su género sexual. La joven piensa: “Soy un hombre nacido de mujer. Nací, encontré, perdí. Amé, sufrí, ¿goce?... Soy un hombre que perdió su identidad muchas veces y se halla igual después de cada extravío. No sé más de mí” (41). Un poco más adelante ella misma rectifica:
¿Por qué vengo diciendo que soy un hombre? Soy mujer. A menudo no sabía distinguir cuándo era cuál. Si me ofendían, si sangraba era mujer. En la imprenta con los demás obreros, luchando, pensando era hombre… Llaman hombre al ser humano. Soy mujer retaceada varias veces… Mi madre me llamaba Verita; él me llamó Ivanlúe. Bernard… tú me llamabas… (41-42) En estas líneas, aparecen en una misma elocución, los parámetros por donde discurre la reflexión de Bedregal sobre la identidad de la mujer. Primero, la construcción de género como un acto cultural y social: si la ofenden es mujer, si lucha con los obreros es hombre. Segundo, el patriarcalismo que se apodera de la nominación de la humanidad como hombre. Como consecuencia de esta apropiación de lo humano, la mujer queda retaceada. Tercero, el problema del nombre, como nominación que viene de otros y no de ella misma. Tenemos, pues, en esta única aparición de Verónica viva y nombrándose a sí misma, no una definición de quién es ella, o de qué es ser mujer, sino un planteamiento de su identidad como una problemática. Más aún, Verónica muere en el momento de escribir, lo que añade a esta pregunta por la identidad de la mujer, su relación con la escritura.

521 Cualquier público
546 Español
650 NOVELA; LITERATURA; NARRATIVA; LITERATURA - BOLIVIA
850 Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional