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Publicó veinte comedias en dos volúmenes; el primero, con ocho, en 1628 (Los favores del mundo, La industria y la suerte, Las paredes oyen, El semejante a sí mismo, La cueva de Salamanca, Mudarse por mejorarse, Todo es ventura y El desdichado en fingir); el segundo, con doce, en 1634 (Los empeños de un engaño, El dueño de las estrellas, La amistad castigada, La manganilla de Melilla, Ganar amigos, La verdad sospechosa, El anticristo, El tejedor de Segovia, La prueba de las promesas, Los pechos privilegiados, La crueldad por el honor y El examen de maridos). Algunas comedias más se publicaron en distintas colecciones, como Quien mal anda mal acaba, No hay mal que por bien no venga y La culpa busca la pena, y el agravio la venganza. Otras obras de Alarcón son Siempre ayuda la verdad, comedia de intención moralizante, y Algunas hazañas de las muchas de don García Hurtado de Mendoza (1622, escrita en colaboración). ​
La obra dramática de Juan Ruiz de Alarcón puede clasificarse en
dos grandes grupos. El primero, la comedia histórica, aborda temas de la
historia de España —especialmente del período de la Reconquista—, cuyas fuentes fueron Juan de Mariana y Jerónimo Zurita.
Estas obras, de trama casi folletinesca, incluyen caracteres llenos de
bravura y fidelidad, a fin de representar ideales moralizadores afines a
la tradición del honor castellano. Esta tendencia moralizadora nutre
casi todas sus comedias, en especial Ganar amigos. Dos obras que escapan al molde común de las comedias históricas alarconianas son La amistad castigada, situada en Sicilia, y El dueño de las estrellas, drama sobre el honor y las buenas costumbres cuyo telón de fondo es Creta. ​
Las comedias moralizadoras, cuya intención es eminentemente
ética, son las más conocidas del conjunto alarconiano. Las más conocidas
son, sin duda, La verdad sospechosa y Las paredes oyen, que son las obras más valoradas de Alarcón y las que más influencia han ejercido en la literatura posterior.​ La prueba de las promesas, basada en un cuento de don Juan Manuel, es otra pieza dramática que ha recibido buena acogida por parte de la crítica especializada. ​
Cronológicamente, la obra de Juan Ruiz de Alarcón puede
clasificarse en tres grupos. El primero (1607-1612), concebido durante
su estancia en Sevilla y la Nueva España, refleja el frustrado interés
de Alarcón por imitar la comedia de enredos. El segundo grupo
(1613-1618) es el más famoso del dramaturgo: comedias de carácter donde
se muestran sus fallidas pretensiones por alcanzar un lugar en la corte.
El último de ellos (1619-1625) contiene comedias que abordan el tema
del honor y sus conflictos derivados.
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