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En este libro se relata la vida y hechos de los incas Mayta Cápac y Cápac Yupanqui.
Mayta Cápac, el cuarto rey Inca, luego de visitar a sus vasallos,
tal como era la costumbre de su casta, salió en campaña con 10.000
guerreros, en dirección al Collao, que por ser tierra plana parecía más fácil de conquistar. Llegó al Desaguadero al que cruzó con balsas; pasó cerca de las ruinas de Tiahuanaco,
que el autor describe citando a otros cronistas. El Inca se dirigió
hacia la provincia de Hatunpacassa, a la mano izquierda del Desaguadero,
y conquistó Cac-yauiri, episodio del que se contaba la leyenda de que
los collas dispararon sobre los incas sus flechas y piedras pero estas
se volvieron contra ellos. Los collas, derrotados se rindieron y
aceptaron ser vasallos del Inca. Conocido este suceso por los demás
pueblos collas, muchos se redujeron voluntariamente, como las tres
provincias de Cauquicura, Mallama y Huarina (al S.E. del lago Titicaca).
Luego el Inca mandó a sus maeses de campo en dirección al mar, donde
invadieron la provincia de Cuchuna, cuyos pobladores se atrincheraron en
un fuerte (posiblemente Cerro Baúl, cerca de Moquegua)
y se rindieron tras un largo sitio. Allí los incas castigaron
severamente a quienes usaban venenos contra sus adversarios. Mayta Cápac
prosiguió sus conquistas y sometió a otras tres provincias collas:
Llaricassa (Larecaja), Sancauan (San Gabán) y Huaychu; en esta última
sus habitantes opusieron resistencia pero luego se rindieron. Luego el
Inca construyó el primer puente de mimbre o colgante que en el Perú se
hizo, para cruzar el río Apurímac,
causando gran admiración. Muchos pueblos se redujeron voluntariamente,
atraídos por la fama del Inca. Las conquistas prosiguieron, llegando
hasta Parihuana Cocha (Parinacochas) y Coropuna.
A Mayta Cápac le sucedió su hijo Cápac Yupanqui, que se convirtió así
en el quinto rey inca. Continuando la expansión del imperio, este Inca
salió del Cuzco con 20.000 hombres y se dirigió al Cuntisuyu, donde
conquistó más provincias. La provincia de Yanahuara se redujo
voluntariamente, pero la Aymara,
de naturaleza rebelde y agresiva, se negó a rendir vasallaje a los
incas. Pero finalmente, al ver el poderío de sus adversarios, los
aymaras se rindieron, y sus curacas se vieron obligados a besar las
manos del Inca. También fueron sometidos los quechuas de Cotapampa y
Cotanera. En la costa fueron anexados los valles de Acarí, Caravelí,
Camaná y Quilca. Por última vez el Inca salió en campaña hacia el
Collao; en el Desaguadero mandó a construir un famoso puente de paja y
enea (puente colgante); y sometió Chayanta, así como otras cinco
provincias grandes, entre otras menores.
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