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Servicios y espacios en la
biblioteca del siglo XXI: Tendencias e ideas
Ramón Alberto Manso Rodríguez • Gretel Ãlvarez Ledesma
En los últimos años mucho se debate sobre los factores que condicionan
un cambio de identidad
en las bibliotecas, independientemente de su tipología: escolares,
públicas, universitarias.....
transformaciones que van desde el modelo conceptual (procedimientos de
trabajo, organización de colecciones, etc....), hasta la arquitectura
del edificio o sus espacios internos.
Las bibliotecas se encuentran arraigadas firmemente a su ambiente
cultural y social, por ello, ante los cambios en la producción y
comunicación de la información y el conocimiento, la naturaleza de las
colecciones documentales, los estilos de uso de la información por los
usuarios y la influencia que ejercen las tecnologías de la información
en todo este proceso, se perfila la adopción y redefinición de un modelo
de biblioteca donde esta milenaria institución continúe manteniendo su
primacía en la oferta de contenidos y servicios de información.
La Denmark's RoyaI School of Library and Information Science define que
en este nuevo modelo de biblioteca deben coexistir cuatro espacios
interrelacionados entre sí y no necesariamente delimitados como tales:
uno para la inspiración, el de aprendizaje, el de reunión y uno para la
publicación.
Bajo estas premisas nace el concepto de Biblioteca Social, como espacio
para la creatividad, la experimentación y la inclusión social, donde la
participación y socialización de los miembros de la comunidad son
ingredientes claves. De esta forma, la biblioteca en medio de su
comunidad, se erige como un lugar de encuentro, de conexión entre
personas, recursos y servicios, donde el libro ya no es la única forma
de adquirir conocimiento.
Considerarla biblioteca como un simple almacén de libros, datos e
información es un concepto anticuado, por lo cual, más que centrarse en
el desarrollo de colecciones, la institución ha de situar a sus usuarios
en el centro de su misión y convertirse en un taller de la comunidad,
un espacio llenó de herramientas para compartir, experimentar y
socializar información y conocimiento. Visto de esta forma si la
biblioteca no se adapta al nuevo entorno y está en constante cambio no
sobrevivirá.
Se puede enunciar entonces que para mantener su vigencia en un escenario
tan cambiante se necesita como ingredientes básicos, dentro de la
biblioteca, un clima de innovación, colaboración, participación
proactiva y de compromiso. Por ello, los bibliotecarios deberán trabajar
en la creación y curación de información, en el desarrollo de
habilidades en los individuos para que accedan a la información que
requieren, en procurar establecer relaciones de colaboración con los
usuarios para crear y desarrollar de conjunto servicios de información y
comprometerse con el desarrollo de la comunidad y comunicar el valor de
la biblioteca.
Al concluir la lectura de este libro, esperamos se logren distinguir las
oportunidades que ofrecen las diferentes tecnologías de la información
para la implementación de servicios de información y puedan diseñarse
ofertas de información propias a partir de las características de cada
institución y sus posibilidades tecnológicas.
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