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El asesinato del conductor de televisión Francisco Stanley en junio de
1999 y la escandalosa cobertura de la noticia hecha por las dos
principales televisoras de México ocasionó una avalancha de comentarios
periodísticos con un común denominador: todos los articulistas
coincidían en que el manejo informativo había sido irresponsable; los
medios no habían actuado con la responsabilidad que se esperaría de
ellos. De esta manera, Fátima Fernández Christlieb se encontró frente a
un material de estudio sin paralelo, pues esos artículos, centrados en
la cobertura noticiosa del asesinato más que en el crimen mismo,
constituyeron una espontánea reflexión colectiva sobre la
responsabilidad de los medios de comunicación. Apoyada en el análisis de
esos textos y tras un recorrido por la historia de las ideas y del
concepto de «responsabilidad», la autora dibuja en esta obra un modelo
empírico sobre la responsabilidad desde y hacia los medios masivos de
comunicación. Más allá del «caso Stanley», como se le dio en llamar, los
medios se encuentran inmersos en una competencia por el mercado que los
empuja a vender y buscar el rating a toda costa, ajenos a cualquier
consideración de orden ético. Son un poder económico que actúa sin
reglas del juego, navegando en un mar de libertades irrestrictas. Pero
estando los medios en el centro de los nuevos fenómenos políticos y
sociales, y siendo instrumentos indispensables para la construcción de
los espacios públicos del siglo XXI (piénsese tan sólo en la entrada
definitiva de la radio y la televisión en los procesos electorales o en
la constante presencia de los políticos en los noticieros), es más
urgente que nunca una revisión de las reglas y una búsqueda de claridad
sobre lo que significa ser responsable en esta materia.
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