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En mis afanes de lector de la historia del país, he encontrado misivas que siempre pensé que debían ser compartidas con más gente y en mis andanzas por hemerotecas y bibliotecas privadas me tropecé también con documentos de extraordinario valor, pero prácticamente desconocidos incluso para los historiadores de la época, y se me ocurrió que podría ser interesante reunir un conjunto de cartas que ayudaran a comprender nuestro desarrollo histórico. Surgió la idea cuando escribí Otra historia de Bolivia (1982) en la que dedique un capítulo, precisamente a los secretarios, autores sin duda de muchos de los documentos firmados por nuestros gobernantes. En este volumen los hay varios de esa naturaleza, pero también otros destinados a un corresponsal a quien se le confían en privado, temores, cuitas y esperanzas ^ies |