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La forma como en Bolivia se ejecutaron algunos crímenes, no es algo secundario ya que pueden reconocerse muy nítidamente las huellas de los métodos nazis. En tan virtual es que en la presente segunda edición se incluye en un apéndice relatos de los asesinos de Luis Espinal y Marcelo Quiroga Santa Cruz, de la masacre de la calle Harrington y de la acción punitiva contra el centro minero de Caracoles. Son apenas unos pocos ejemplos bolivianos de lo que ocurre cuando se entrecruzan la ideología nazi, las doctrinas yanquis de la seguridad nacional y la angurria de poder de grupos descalificados de militares nativos vinculados al narcotráfico como la afirma en esta obra el dirigente político periodista, Carlos Soria Galvarro ^ies |
