Se está imponiendo, de manera premeditada y sistemática una versión sobre los acontecimientos que llevaron a la renuncia de Evo Morales, la asunción de la presidencia por Janine Añez y las masacres de Sacaba y Senkata. Se trata de una versión promovidas por distintos grupos, pero que tiene en común un rechazo visceral al MAS. Varios de estos grupos son parte del actual poder político y su accionar se dirige a justificar su situación actual antes que a promover un esclarecimiento serio sobre el tema.
Lo sucedido en el país en los últimos meses del pasado año debería ser, en sus distintas aristas, objeto de investigación ,imuciosa. Considérese por ejemplo, que se ha justificado la muerte de varios ciudadanos en El Alto bajo pretexto de que eran "terroristas que querían hacer estallar la panta de gas de Senkata", acusación que fue reproducida por los medios, pero que no ha sido comprobada hasta el día de hoy. Además esta acusación es utilizada para descalificar a quienes manifiestan críticas al actual gobierno y a sus partidiarios.