Una excursión a los indios ranqueles es una obra de la literatura del escritor, periodista, político y militar argentino Lucio V. Mansilla (1831-1913) que se publicó a modo de apostillas en 1870 en un diario de la época titulado La Tribuna.
Describe su encuentro en los primeros días de abril de 1870, como coronel del Ejército Argentino, con el lonkonato («cacicazgo», en el idioma mapuche hablado por los ranqueles) en su propio territorio (actualmente dentro de la provincia de La Pampa) y su reunión con el cacique Panguitruz Guor («Zorro Cazador de Pumas»), que se hacía llamar Mariano Rosas, nombre que le había dado su captor Juan Manuel de Rosas. El motivo del viaje era convencer al cacique de trasladarse a la comandancia de Río Cuarto (provincia de Córdoba), para refrendar un tratado de paz con el gobierno argentino.
Las apostillas fueron luego publicadas como libro y recibieron el
primer premio en 1875 en el Congreso Geográfico Internacional de París.
El texto es sumamente ameno, de interés atrapante y grata
lectura. Un importante referente a la hora de querer saber como era la
vida de los aborígenes y el paisaje en esa región de la llanura pampeana.
La obra está escrita en un lenguaje coloquial y ameno, poco frecuente
en la literatura de aquel entonces, como si se tratara de una larga
conversación con un amigo. Es probable que su técnica narrativa, en la
que es frecuente el arte de crear expectativa para luego defraudarla de
golpe, la digresión, la insinuación elíptica y el suspenso; la haya
aprendido de los gauchos con los que convivió en su vida.
Mansilla definió con lucidez los caracteres y comportamientos de
los ranqueles y de los cautivos blancos secuestrados por ellos o que a
la inversa buscaron refugio en las tolderías, perseguidos por el
gobierno. Describe bien a los caciques y sus costumbres; y sus
impresiones sobre los aborígenes y su constitución familiar, su idioma,
religión, administración y comercio. Son además destacables sus
descripciones paisajísticas. No obstante, incurrió en varias
equivocaciones, producto del poco conocimiento que se tenía sobre el
origen de las poblaciones indígenas. Ejemplos: en el primer capítulo
dice que los ranqueles eran parte de las tribus araucanas venidas de
Chile e instaladas del lado oriental de la Cordillera después de cruzar
los ríos Negro y Colorado. Esto constituye un error etnográfico, ya que los ranqueles son una conjunción de pehuenches
del norte de Neuquén y sur de Mendoza con grupos pampeanos. Más
adelante explica al cacique Rosas, intentando demostrarle la
“superioridad†del euro–criollo, que el ranquel usa poncho porque lo
aprendió de los “blancosâ€, cuando fue al revés.