Comic sobre el vehemente de Julián Apaza -conocido por la posteridad como Tupak Katari, auténtico nombre de guerra que durante el siglo XX retornaría para designar partidos y movimientos políticos contestatarios-estaba en manos de Bartolina Sisa, la narración se articula desde la celda en la cual Bartolina, ya presa y a punto de ser condenada, rememora todo lo sucedido desde que conoció a Julián. Así, el famoso cerco de la ciudad de La Paz, los hechos violentos acaecidos en las provincias aledañas y los enfrentamientos entre las tropas del Ejército español y las fuerzas indígenas son rememorados por una voz femenina que se dirige al amado ausente que pugna, desde fuera de los muros de la ciudad, por liberarla.