La poesía de Avila Jiménez tiene una autenticidad esencial, que se nos transmite mediante imágenes espontáneas y diáfanas, notable capacidad de síntesis, profundidad y sencillez, que no admiten el artificio ni la insenceridad. Estas características precisamente pueden inducir al análisis superficial y a la simplificación de los valores de su contenido; sin embargo, la sola lectura atenta de cualquier fragmento de sus trabajos fundamentales, nos impone su hondura y la fuerza de su personalidad creadora.