Mary Luz Monje entrega a reducido número de lectores esta especie de antología que resume su obra poética a veces desigual y casi siempre relampageante. Audaz en el contenido, audaz en la forma, libre, libérrima cuando canta o cuenta el apasionado acontecer de sus experiencias. Mary Monje está llamada a causar pavor en determinadas esferas y a constituir radiante revelación para quienes aman la belleza.
Una rara capacidad de síntesis permite a la autora de estos poemas quintaesenciadas producciones en las que se tiene que admirar el equilibrio entre la imagen y el contenido, pleno de sustancia y de esa condición humana que hace de Mary Monje uno de los mejores exponentes de la lírica boliviana.
El tema predominante tenía que ser es el amor. Un amor que ella lo entiende, al fin hija del trópico, ávido, tenso y muchas veces desgarrador.