Este libro es por sobre todo un acto de justicia, pero también de amor. Lo que en último tpermino hace Cris Gonzáles es evocar con inmenso cariño y respeto la memoria de su compatriota Enrique Maza Carvajal un estudiante venezolano de 22 años, asesinado en Chile durante el golpe militar de 1973.
Cris lo rescata de las sombras y lo sitúa en el puesto que le corresponde, junto a los héroes y mártires de la lucha revolucionaria de América Latina. Se recupera así la vigencia de un ejemplo que hoy se multiplica en los combatientes que están naciendo a la lucha en Venezuela, en Bolivia, en Cuba y en cada país de esta gran patria latinoamericana y caribeña.