Las luchas de las mujeres parecen desplegarse siempre de manera simultánea en un doble sentido: uno dado por la época, por el momento histórico. Por eso, vemos historias individuales y sobre todo colectivas, de mujeres aguerridas atravesando los distintos momentos de vida de nuestro país, ya sea en las luchas de resistencia de las comunidades indígenas, las confrontaciones campesinas, las resistencias obreras y en general las luchas populares. El otro sentido está dado, diríamos paradójicamente por las luchas que las mujeres tiene que enfrentar dentro de los mismos espacios de resistencia popular que ellas alimentan junto con sus compañeros, es decir, dentro de los momentos y espacios de movilización, así como dentro de organizaciones como los sindicatos, los partidos, etc.