Antes que la polilla del olvido convierta en polvo de nada mis recuerdos y escritos, deseo referirlos por relacionarse ellos con actividades concernientes a la vida pública del país durante más de medio siglo de labor.
Alguna vez he escrito acerca de la importancia que revisten los recuerdos personales en la formación de la historia o de la tradición, y el deber de los actores o simples testigos, de presentar el testimonio de su verdad ante el juicio final del porvenir.
Contra mis inclinaciones y deseos, tomé parte en actividades de alguna importancia en la vida pública de la nación. A ellas me referiré con la sinceridad y serenidad que el tiempo ha acumulado en mi espíritu, decantando la turbidez de los lejanos días de lucha.