El Estado boliviano se construyó de manera fragmentada, discontinua y heterogénea a lo largo de la historia tanto colonia como republicana. La extensión de su autoridad legal y burocrática es accidentada e implica continuos y largos procesos de negociación de legitimidad, autoridad y soberanía. Estas características-fragmentación, discontinuidad, heterogeneidad muestran una sociedad que es estructuralmente plural, heterogénea y cambiante.
En el marco de estas identidades y visiones diferentes de país es importante promover la convivencia y una comprensión de la interculturalidad a partir del reconocimiento y el respeto por esa diversidad, en la perspectiva que el Estado se encuentra en continuo proceso de construcción y refleja la complejidad de la sociedad boliviana.