Teoría y política se encuentran fuertemente entramadas entre sí y contra lo que quiere cierto sentido común muy instalado en Argentina la teoría sin política es inocua, pero la política sin teoría deviene ciega. Pensar el neopopulismo no es lago ajeno a producirlo sino un momento interior a su construcción histórica concreta. Si estos procesos políticos no existieran no se los podría pensar; sin pensarlos, corremos el riesgo de cometer errores y promover fracasos. Se trata de discutir por qué son pertinentes estos gobiernos en qué sentido se los puede considerar legítimos y valiosos. Por qué vale la pena defenderlos frente a las andanadas de indignación moralista que las élites políticas, económicas e intelectuales lanzan permanentemente contra ellos.