Este libro no se limita a los tres metales nombrados en su título, sino que también analiza las causas de nuestro atraso y de este funesto movimiento pendular que nos ha llevado a ciclos de privatizaciones seguidos de otros estatizantes. Garzón está lejos de ser un fundamentalista y sus años en Comibol le han demostrado también que no todo es malo en el manejo de la cosa pública, pero que hay que llegar a un equilibrio entre los diversos factores que intervienen en la producción minera para que el país avance. Precisamente él aboga por una Comibol renovada y moderna manejada por profesionales de alta calidad, capaz de "jugar" en las grandes ligas mundiales de la minería como Cedelco de Chile o Petrobras de Brasil. Como quiera que muchos de éstos artículos se refieren a la nueva ley minera, Garzón esperó pacientemente a su aprobación^ies