Historiadores y sociólogos autorizados concuerdan en admitir las razones económicas, como determinantes del fenómeno de la independencia de la América Hispana.
Los reglamentos a que estaba sometido el comercio en la América española tenían por objeto conservar el monopolio del tráfico para la metrópoli.
España abastecía a las colonias de lo que necesitaban y por tanto, estaban obligadas a recibir los productos que ella tenía a bien enviarles y a los precios que quería fijarles. Con las mismas onerosas condiciones tenían las colonias que vender lo que producían. Tampoco podían los americanos hacer el comercio por los puertos más cercanos a los puntos de consumo o producción, ni elegir las vías que la naturaleza y la razón indicaban como más convenientes, sino por las rutas especiales que tenía establecidas el monopolio español,.