En el transcurso de los últimos años, la Fundación Friedrich Ebert ha logrado vincular el fomento productivo al fortalecimiento de la democracia, la equidad social y el cuidado del medio ambiente, líneas clásicas de trabajo de la institución desde los inicios de la cooperación internacional al desarrollo. Fruto de este esfuerzo, surge con fuerza un concepto de desarrollo que integra las dimensiones sociales, económicas, políticas, ecológicas y culturales.
El elemento central de esta integración es el territorio, visto como un sistema complejo de relaciones productivas entre actores con poder de control sobre los recursos locales, identificados con una cultura local y capaces de reaccionar en forma activa y flexible ante el impacto ineludible de la globalización en la economía local.