En las actuales circunstancias resulta muy arriesgado hacer una prognosis acerca de la evolución de la economía boliviana, básicamente porque vivimos una etapa excepcional en materia de precios internacionales elevados que han creado condiciones de abundancia que dieron lugar a falsos espejismos que impiden vislumbrar con claridad cuáles son las condiciones reales existentes tanto desde el punto de vista de la producción de bienes y servicios como del comportamiento sectorial, a fin de observar nuevas oportunidades de inversión y de desarrollo^ies