Justamente, la trascendencia de Manuel Antonio de Almeida se reconoce en el hecho de haber situado en Memorias de un Sargento de Milicias
ese gran contexto en el que vivieron los habitantes de Río de Janeiro a
inicios del siglo XIX, detallando, casi a modo de crónica, sus
tradiciones, comportamientos, modos de vida, profesiones y demás. Con
verdad se ha dicho que esta novela se aparta del sentimiento romántico
de la época, sintetizando, por el contrario, y muy acertadamente, el
realismo, la óptica costumbrista y lo picaresco.
Memorias de un Sargento de Milicias narra
la agitada vida de Leonardo, desde su nacimiento hasta su adultez. La
historia inicia con el romance de su padre, Leonardo Pataca, y su madre,
María (vendedor y verdulera, respectivamente), quienes se conocen
mientras viajan de Lisboa a Río con el objetivo de mejorar su suerte. La
pareja, unida en matrimonio, se separa con rapidez, al comprobarse que
la mujer engaña a su marido. Y, como ninguno de ellos quiere hacerse
cargo del hijo después de la separación, Leonardo pasa al cuidado de su
padrino, un barbero de limpios sentimientos.