El deporte boliviano  ha comenzado a cambiar de manera irreversible. Se trata de una nueva impronta real, palpable, en busca de recursos en metálico, de planificación, organización, profesión de fe por el deportista boliviano: una realidad comprobada. Cambio impulsado desde el Estado y promovido, en alma y cuerpo, por la visión del presidente Evo Morales. Convertido en el deportista número uno de Bolivia, ha desplegado su calidad de estadista de hombre de faz humilde que vivió en carne propia las frustraciones del deporte diletante reinante hasta 2005 en el país para instaurar los juegos plurinacionales que este 2019 vivieron su décima versión. Estos juegos que llevan su nombre se han convertido en el primer semillero del deporte de Bolivia. El programa Tunkas, valorada iniciativa privada de comienzo, ha sido potenciado hasta convertirse en el motor que propulsa el cambio en el estamento superior, privilegiado, de élite, del deporte boliviano, en suerte de yunta y buey con los JEPPE.