Bolivia desde la instauración de la República, al parecer no ha terminado de definir su personalidad institucional. Si bien ya tenemos 180 años de Estado independiente, aún no hemos logrado construir bases sólidas de Estado; y aunque desde 1985 hasta el 2005 pudimos vivir un largo romance de estabilidad política, tenemos todavía importantes desafíos que resolver. Quizá el más importante sea el superar las condiciones de nación abigarrada y reencontrarnos los bolivianos en la construcción de una nuevo Estado que traduzca diversidad como sociedad en un andamiaje institucional democrático, estable e incluyente ^ies