Cualquier crítica a la democracia despierta sospecha, más aún si
viene de quienes desean un mundo sin capital y trabajo asalariado,
sin clases, sin Estado.
La opinión pública no ve con buenos ojos a quienes reniegan de la
democracia desde un punto de vista reaccionario o elitista, pero entiende sus argumentaciones. Alguien que niega la capacidad de los
hombres y mujeres comunes de organizarse por su cuenta, lógicamente se opondrá a la democracia. Pero alguien que cree firmemente en esta capacidad y, sin embargo, considera que la democracia
es incapaz de servir para la emancipación humana, es condenado a
los vertederos de la teoría. En el mejor de los casos se le mira como
a un idiota y en el peor, adquiere la reputación de mente retorcida
destinada a acabar acompañada por los archienemigos de la democracia: los fascistas.
De hecho, si “la emancipación de las clases trabajadoras debe ser
conquistada por ellas mismasâ€, parece obvio que a fin de emanciparse, los explotados no sólo han de deshacerse de las estructuras de
poder que los esclavizan, sino además crear sus propios órganos de
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debate y toma de decisiones. Ejercer la propia libertad colectiva, ¿no
es eso de lo que trata la democracia? Este supuesto tiene la cualidad
de la simplicidad: para cambiar el mundo y vivir la mejor vida humana posible, ¿qué mejor que basar esta vida en instituciones que
proveerán al mayor número de personas de la mayor libertad de
expresión y toma de decisiones? Además, en cualquier lugar donde
luchen, las masas dominadas generalmente proclaman su deseo de
establecer la auténtica democracia, ausente hasta ahora.
Por todas estas razones, la crítica a la democracia es una batalla perdida u olvidada.
DESCRIPCION | CONTENIDO |
Nº de control | 00016418 |
Autor | Dauvé, Gilles; Camatte, Jacques |
Título | Materiales para una crítica de la democracia |
Editorial | Autodeterminación |
Año | 2018 |
Páginas | 130 p. |
Idioma | Español |
Lugar | La Paz - Bolivia |
Resumen |
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Materias | |
Ejemplares | 1 |