Alfonso Gumucio Dagron conocido por sus trabajos antisépticos contra la contaminación cinematográfica que viene arrinconando torpemente al espectador desarmado, al espectador manipulado por la propaganda no podía sino darnos una poesía lúcida y sentida, donde el poeta ya no busca integrarse a la tertulia sobre el valor de las metáforas, sino a las más profundas preocupaciones del pueblo. Y así tenemos una poesía solar, una poesía que acalora. ¿Cerebral? si pero entiendo que ser un poeta cerebral no significa menospreciar las instituciones ni los más arrolladores sentimientos sino respetarlos tanto como para elevarlos a su máxima expresividad. Por que el poeta no es un despistado, como creen los despistados, es quién más esencialmente capta la realidad puesto que la observa con mayor atención, ya sea en sus aspectos afectivos, sociales o intimistas.

Por eso este poemario tenía que llamarse antología del asco, y estar cargada sobre todo de uan sinceridad son concesiones.