Hasta 1959 cuando apareció por primera vez este libro, el único testimonio difundido sobre la conquista era la crónica victoriosa de los propios españoles. Miguel León-Portilla tuvo el incomparable acierto de organizar textos traducidos por Nahuatl por Angel María Garibay para darnos la visión de los vencidos: la imagen de que los indios de Tenochticlan, Tlatelolco, Tezcoco, Chalco y Tlaxcala se formaron acerca de la lucha contra los conquistadores y la ruina final del mundo azteca^ies