En la vida pública unos tienen algo de carisma, otros no la tienen esa cualidad en la forma de gobernar el asunto de la vida sindical. La gente tiene su propio concepto filosófico de conducir y gobernar la vida política basado en los sentidos de honestidad, transparencia en cada faceta de la construcción de ese bien social de beneficio colectivo, mientras, quienes optan por otras forma de vida van más allá de esos principios, aprenden los valores de grandeza primaria para liderar desde atrás y frente como sujetos activos creando un núcleo fuerte de formación de corriente de opinión omnipotente dentro del epicentro sindical^ies