En un enclave entre montes verdes de los Yungas paceños, al norte de la ciudad de La Paz, se encuentran asentadas varias comunidades de afrodescendientes, entre ellos está Tocaña.
Esta comunidad está rodeada de coloridos árboles frutales y una gran variedad de aves y animales silvestres. Pero no sólo su flora y fauna hacen de ella un lugar paradisiaco sino, también, su gente que guarda en sus raíces una historia de esclavitud, abandono y luchas, así como una memoria musical que corre por su venas y la transmite a través de acordes de tambores.