Por su enorme importancia y desde la perspectiva teórica que sustentamos, resulta imprescindible concebir la cuestión del poder no al margen de las clases sociales en conflicto, éstas de una u otra manera, una más que la otra, no sólo tienen presencia, sino acción en dicho poder. No se puede pensar el poder del Estado capitalista en Bolivia o de cualquier formación económico-social al margen de esas relaciones de clase. La construcción de ese poder, de sus reformas en el tiempo, de su basamento material e ideológico obedece directamente o indirectamente a esas relaciones sociales de clase, de sus correlaciones de fuerza de las mismas.