La mujer ayer altoperuana y hoy boliviana, ha dado siempre un perfil de prestigio a la fisonomía moral y política del país. Imbuida por su filosofía natural desde tiempos remotos se ha integrado a los grupos colectivos que generan las instituciones y en ellas ha librado una batalla continuada por los intereses de la colectividad.
Las múltiples instituciones culturales en que mi acción ha gravitado me han dado la oportunidad de colaborar intensamente en su obra, y hoy al haber encontrado en mis borradores archivos un fárrago de trabajo de mi exclusiva producción, he resuelto dar a publicidad a fin de epilogar mi misión educadora.