Resumen:
La publicación de las memorias de un hombre distinguido, puede hallar una justificación fácil en las costumbres del tiempo. Si ha medirse la demanda de biografías por la oferta, no es menester que la persona conmemorada posea mas que una mediana reputación, ni es preciso que haya desempeñado un papel excepcional, para conseguir que el lector recorra centenares de paginas de anécdotas, disertaciones y correspondencia. A juzgar por los anuncios de nuestras bibliotecas  circulantes, el publico se interesa vivamente por sujetos que no hicieron nada digno de especial mención o que obraron siempre tan a la faz del mundo, que una vez terminada su carrera, dejaban poco que conocer acerca de ellos. Debe darse, pues, por concebido que existe el deseo de saber alguna cosa autentica acerca de la vida de un hombre que ha producido obras universalmente conocidas, pero que nada o poco dicen de la historia privada y de las prendas personales.