Solicitudes al destino retoma un tema universal y recurrente en la literatura de todos los tiempos: el amor. Mediante una factura y labor creativa minuciosas, el poeta pareciera hundirse voluntariamente en lo "abismal imaginario" de la realidad sensible que constituye la poesía, y se deja arrastrar hacia un universo bajo el cual yace irremediablemente su relación con su otro yo.
Los poemas parecen moverse en una superficie inestable en la que el alma se ve forzada a indagar a través de secretos laberintos o signos, bajo los cuales subyace una historia vivida.