Desde el centro  minero de Catavi, esa especie de estado de alerta colectiva que produjo la guerra del Chaco tuvo, en Trifonio Delgado Gonzales, un privilegiado portavoz, situada en lo que él llama la retaguardia "culta y comprensiva" del acontecer bélico, su mirada intenta asir todos los pedazos de esta historia que a la larga convergen en el combatiente de la campaña y de quien se espera su retorno para edificar, dice el autor no sólo la paz, sino una era de progreso y resurgimiento visible para él en las chimeneas que con sus humaredas laboriosas disiparían las de la guerra, contraste que termina evocando una era de enorme creatividad en el país, pero también los temores que esta lleva consigo.