Según datos del último censo de Bolivia (2012), los jóvenes representan un 25 % de los habitantes del país. Muchos de estos jóvenes se enfrentan con un panorama adverso al momento de buscar y conseguir empleo tras finalizar sus estudios; algunos se someten a la pesquisa de un puesto de trabajo durante meses o incluso años. La problemática no siempre se resuelve una vez obtenida una fuente laboral, ya que en muchos casos se carece de derechos laborales, seguridad social, y la remuneración no va acorde a las responsabilidades asumidas.
Además, el gobierno nacional no contempla políticas públicas que coadyuven a mitigar el desempleo joven. A la par se ha identificado que, si bien las gobernaciones y municipios han implementado algunos programas que se ocupan de participar a estos jóvenes con el fin de facilitarles el acceso a empleo, el impacto no ha sido el esperado.