La biografía de Ballivián nos muestra los avatares y las dificultades de una existencia que, en medio de los procesos revolucionarios, los desórdenes políticos y las mudanzas ideológicas, se mantiene fiel a un ideario profesado desde la juventud, en contraposición a los hábitos prevalecientes en la sociedad boliviana, que fueron y son los del rápido acomodo al sol que más calienta.
La calidad intrínseca de la obra de Ballivián y lo que la diferencia eficazmente de los economistas convencionales residen en su saber multidisciplinario y en su fino espíritu crítico-analítico. Su lugar en la cultura boliviana se halla en la fructífera y nada usual interrelación entre economía, filosofía y teología y en la indagación por el sentido de la vida individual y colectiva en un época que nada quiere saber de la dimensión que trasciende nuestra materialidad.