Hombres sin tierra devela la opresiva atmósfera que azotaba la explotación del campesino, reducido a la condición de peón y el surco de esperanza que inaugura la reforma agraria, hija de la Revolución Nacional.
La novela elude al manifiesto político y también a la vaga lamentación para penetrar en el torrente sanguíneo de los hombres y mujeres que narran su propia historia, para arrancar un pedazo de su corazón y exponerlo vivo en un relato literario de gran calidad y estilo.