Las organizaciones de representación política son uno de los pilares fundamentales de la democracia. A través de éstas, los ciudadanos participan en la vida política del país y en la constitución de los poderes del Estado. Desde una perspectiva más amplia, estas organizaciones son las instancias de mediación entre la ciudadanía y el Estado. Recogen las demandas de la gente, elaboran propuestas a partir de esas demandas y las gestionan políticamente desde o ante los poderes del Estado. Es decir, representan los intereses de sectores de la sociedad. Por ello, cuando estas organizaciones no son eficientes en el cumplimiento de esta misión o, de hecho, la bandonan, pierde legitimidad.^ies