Cuanta exquisitez resalta de admirar, sentir y disfrutar una expresión artística... alborozo para el alma, los sentidos y la sensación misma de la vida.
La forma será vital en cuanto se refiera al gusto particular, por lo cierto es que más allá de la subjetividad está, de una parte, el derecho de quién la crea y, de otra, de quién la aprecia.
Estos criterios hicieron que los conceptos legales tradicionales de lo que se debe entender por arte, mutando, innovándose un entretenimiento diferente que trasunta el simple gusto, o las clásicas teorías del derecho autoral, para alcanzar ribetes que hacen equilibrio con lo contemporáneo y el incesante desarrollo de la creación humana.
Con este libro, quienes crean arte podrán orientarse en sus derechos y luchar por aquellos que no son reconocidos como suceptibles de protección legal.