En la lejanía y como un puntito que vagase al ras de la ruta desierta y desolada emerge la figura de un jinete. Avanza por el polvoriento camino al trote corto y perezoso de su exhausta cabalgadura.
Sigue el caminante el derrotero que atraviesa la zona Noroeste de Bolivia, el cual , cortando las planicies y altozanos de anta Cruz de la Sierra, se interna por los bañados y florestas de los ríos Grande, San Julián y San Pablo, tras las líneas de las amenas sierras y quebradas de Chiquitos y las faldas sinuosas de las colinas de Guarayos en cuyas cimas flamean al viento los gallardos cusis y logra alcanzar finalmente las tierras bajas de Moxos en el departamento del Beni.