Un actor crecientemente dominante en el capitalismo del siglo 21, (desregulado, muy privatizado y con tendencia a experimentar crisis recurrentes) son las elites económicas. Estas elites están formadas por personas de alto patrimonio y por conglomerados económicos, que dado su amplio control de recursos económicos, liquidez, activos y contactos e influencia política se han convertido en un verdadero Estado dentro del Estado. Esta tendencia de observa muy fuertemente en Estados Unidos, el Reino Unido, Chile, Rusia, China y otras economías que ha adoptado políticas de libre mercado y desregulación económica en las últimas décadas. El libro identifica cuatro mecanismos a través de los cuales las elites económicas ejercen una influencia decisiva sobre el funcionamiento de la democracia para la aprobación de leyes y regulaciones que favorezcan a las elites ricas bloqueando demandas sociales que piden impuestos más progresivos, la regulación de las grandes empresas, el fin del cercano nexo entre negocios y política y mayor igualdad. El libro analiza además la creciente fragmentación de la clase media y la marginalización de las clases trabajadoras tradicionales, la tendencia a frecuentes crisis financieras, la creciente globalización de las élites y su contrapartida, la internacionalización de movimientos sociales y de protesta contra la desigualdad, la corrupción y los fracasos de una democracia representativa altamente distorsionada. Ante esta situación el libro propone una alternativa de Democracia Económica que revierta la creciente captura de la sociedad por los grupos económicos en estrecha alianza con la clase política.