Partimos del principio básico que la educación tiene, por lo menos dos objetivos encontrados. Por una parte contribuir con la liberación y emancipación de cada sujeto y la sociedad en general; por otra fortalecer las estructuras de dominación imperantes en la mayoría de los países del mundo. Igualmente la educación matemática en todas sus manifestaciones, especialmente aquella desarrollada en la formación básica, media y profesional, puede ser trabajada dentro y fuera de las aulas de clases, de manera conservadora o social y políticamente comprometida particularmente ahora con los procesos de cambio que viven actualmente nuestros países^ies